
El expresidente Evo Morales aseguró que si el Gobierno de Luis Arce lo detiene, se desencadenará un “levantamiento” por parte de los movimientos indígenas, que incluso podría llevar a las Fuerzas Armadas a amotinarse. En una entrevista reciente, Morales expresó su preocupación al afirmar que «ojalá no haya un muerto en alguna región del país, o van a tomar los cuarteles», enfatizando que los bloqueos en el país son un indicativo del descontento popular.
Morales se encuentra atrincherado en la región del Chapare, donde sus seguidores han bloqueado las principales carreteras en defensa del exmandatario ante una posible orden de captura relacionada con un caso de trata de personas. El exlíder sindical afirmó que los bloqueos son el comienzo de una “rebelión contra la traición de Lucho (Arce)”, provocada por problemas económicos, incluyendo la falta de combustible y el aumento de precios en la canasta básica.
El expresidente denunció un “intento de asesinato” en su contra, tras ser interceptado por hombres que dispararon 14 veces contra su vehículo. Morales cuestionó la versión del ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, sobre un supuesto control antidrogas que terminó en un enfrentamiento, y señaló que los vehículos utilizados por la Policía eran de procedencia sospechosa. Según él, estas circunstancias demuestran una conspiración para encubrir un ataque en su contra.