
Carlos Acosta, presidente departamental del Movimiento Al Socialismo (MAS), ha lanzado una contundente advertencia sobre las repercusiones que tendría la emisión de una orden de aprehensión contra el expresidente Evo Morales. Acosta anunció que el denominado «estado mayor del pueblo» implementará un bloqueo indefinido a nivel nacional, exigiendo la renuncia del actual presidente Luis Arce en respuesta a cualquier intento de arrestar al exmandatario.

Durante una conferencia de prensa, Acosta expresó su profunda preocupación por la seguridad de Morales, afirmando que el gobierno ha movilizado a un millar de policías de diferentes regiones, incluyendo Oruro, Potosí y Sucre, con el fin de amenazar la vida del exlíder. «Han movilizado 1,000 policías para matar a Evo», declaró, advirtiendo que cualquier acción en su contra provocará movilizaciones inmediatas de sus seguidores.
El dirigente también criticó la situación económica que atraviesa el país, señalando la escasez de productos básicos como carne, pollo y arroz, así como las largas filas para acceder a alimentos. «El pueblo ya está cansado de la situación económica del país. El Gobierno ya no sabe qué hacer y ha ordenado matar a Evo porque ya no tiene salida», denunció, sugiriendo que existe un complot gubernamental para silenciar al expresidente.
Estas declaraciones se producen en un contexto de alta tensión política, justo en medio de la citación de Evo Morales para declarar en Tarija por un caso de estupro y trata y tráfico. La posibilidad de bloqueos y movilizaciones genera una incertidumbre creciente sobre el futuro del panorama político en Bolivia, en un momento en que las tensiones entre el gobierno y el MAS parecen estar alcanzando un punto crítico