
Un día del fallido golpe de Estado, el presidente Luis Arce reveló detalles de cómo fue enfrentada la acción militar comandada por el excomandante del Ejército Juan José Zúñiga. Arce aseguró, en respuesta a un intento de involucrarlo, que “no es un político que se va a ganar la popularidad con la sangre del pueblo”. Zúñiga alegó que Arce le habría instruido sacar las tanquetas para ganar popularidad, algo que el mandatario negó enfáticamente.
Luego de la asonada golpista que tuvo en vilo al país por cerca de cinco horas, el excomandante del Ejército fue aprehendido al salir del Estado Mayor en la ciudad de La Paz. Este operativo fue comandado por el exgeneral de la Policía y viceministro de Régimen Interior, Jhonny Aguilera. Arce desmintió a Zúñiga en su pretendida intención de involucrarlo en la acción militar, acusándolo de “alzarse contra el pueblo boliviano, atentando contra la democracia que ha costado sangre al pueblo boliviano”.
Arce destacó las contradicciones en las declaraciones de Zúñiga, quien afirmó que el presidente le ordenó movilizar las tanquetas. Sin embargo, Arce enfatizó que si eso fuera cierto, Zúñiga habría revelado esa información en el momento del enfrentamiento. Arce también mencionó que Zúñiga exigió retribución por su “lealtad” y que pretendía ganar apoyo popular anunciando la liberación de presos políticos, lo cual calificó como un intento grave de subvertir la justicia.