
En un reciente ampliado del Movimiento al Socialismo (MAS) realizado este domingo en Lauca Ñ, Trópico de Cochabamba, el expresidente Evo Morales arremetió contra ciertos sectores de sus seguidores que, según él, han comenzado a exigir condiciones de lujo, como viáticos y transporte, para participar en las protestas.

Morales, durante su discurso, hizo un llamado a la reflexión de quienes, en su opinión, buscan «comodidades» en las movilizaciones. «A veces me hacen renegar», dijo el exmandatario al recordar las demandas de algunos manifestantes que le pidieron, incluso, bebidas y comida para participar en los bloqueos. «Un compañero en el bloqueo me dice: ‘No tenemos comida, por lo menos coquita mándenos…’. Eso no se hacía antes», agregó, sugiriendo que las protestas deberían ser un acto de sacrificio y compromiso.
Sin embargo, sus palabras rápidamente se vieron envueltas en polémica debido a su propia participación en protestas recientes, específicamente en la marcha desde Caracollo hasta La Paz. En esa ocasión, Morales utilizó una vagoneta de lujo que fue adquirida por la estatal petrolera venezolana PDVSA en 90 mil dólares, pero que terminó siendo vendida a una joven a un precio considerablemente más bajo. Esta imagen de Morales viajando en un vehículo de alto costo fue ampliamente difundida en redes sociales, lo que generó críticas sobre la contradicción entre su llamado a la austeridad y las condiciones en las que se moviliza.
El exlíder cocalero también comparó la actitud de algunos de sus seguidores con la de los históricos líderes indígenas como Túpac Katari, quien, según Morales, nunca pidió «viáticos ni autos» durante sus luchas. «¿Acaso Túpac Katari, cuando cercaba La Paz, pedía viáticos? ¿Acaso los hermanos Katari pedían autos? Iban a pie», reflexionó, sugiriendo que la lucha debe ser más sacrificada y menos orientada a intereses materiales.
Las declaraciones de Morales, aunque en principio parecían dirigidas a una crítica interna dentro de su base de apoyo, se sumaron a las controversias sobre el uso de recursos públicos y la gestión de la imagen del MAS, que en tiempos recientes ha estado bajo el escrutinio de sectores tanto opositores como de la misma militancia.
La dualidad entre el discurso y las acciones del exmandatario sigue siendo un tema de debate, mientras se espera que sus palabras generen un análisis más profundo sobre el papel de la militancia en las protestas y el impacto de la «comodidad» en la política de movilización del MAS